howard_p_l
11/07/2017, 12:32
Otro año que hemos repetido. Hemos vuelto a juntar motos y música.
Por segundo año nos hemos ido al Resurrection Festival de Viveiro, en Lugo.
El año pasado, siendo el primero, fue muy especial. Una liada de 4, en 4 motos. Este año prometía ser de 6, pero por diferentes motivos ha sido de 5 a ratos y 4 al final.
Bryner se vino con su burra nueva y su artillera más que dispuesta a darlo todo en su primer gran viaje y en su primer festival de buena música...jajaja
Springer, en su línea, habiendo caído de la convocatoria, como estaba de vacaciones se apuntó a acompañar a la pareja valenciana hasta Pamplona, con la idea de regresar a la mañana siguiente a Valencia. De vacaciones, por el placer de rodar con amigos y por el placer de hacer kilómetros. Pero como es un liante y se lía solo, se vino hasta el Norte con nosotros.
La llegada el martes fue calurosa. Menos mal que refrescamos a los recién llegados por dentro y por la noche se pudo dormir fresquitos.
La salida por la mañana, con el objetivo otra vez de dormir en Ribadesella o Lastres como mucho, fue algo tarde. Preparar 4 motos y dejar la casa medio apañada para el regreso casi 1 semana después lleva su tiempo.
Springer seguía diciendo que nos acompañaba un poco y después se volvía. Pero no había decidido hasta dónde. jajaja Así que, en su línea, él se dejaba llevar.
Fuimos del tirón hasta pasado Vitoria. Paradita para café y refrigerio y continuamos. Todos. Springer incluido, que aún no había decidido nada.
Pasamos Bilbao, mejor que el año anterior, sin rotondings ni paseos por Barakaldo. Cogimos A8 cuando dejó de ser de peaje y nos salimos justo entrados en Cantabria para comer en el mismo sitio del año pasado. Nuevamente, menú ligerito... ¡Hay que ver, no aprendemos!
Más autopista para poder salir en Torrelavega dirección Santillana del Mar. Ahí disfrutamos algo de carreteras con encanto.
Y paradita en Santillana del Mar, que ni es Santa, ni es llana, ni tiene mar. Paseíto por las calles empedradas y cervecita en la plaza. Algunos hasta compraron suvenires...
Tiramos hasta San Vicente de la Barquera, con tráfico lento por cierto, y ahí otra vez autopista. Se nos había hecho tarde y había que degustar la sidra asturiana... A esas alturas ya sabíamos que dormíamos en Ribadesella de nuevo y que Springer se venía con nosotros. ¡Qué tío!
El caso es que refrescaba y conducir con mitones por el norte, por muy duro que uno sea, no es lo más recomendable. Pero nuestro Springer está hecho de otra pasta, no llevaba ni equipaje...jajaja
Del tirón por la A8 de nuevo para no demorar mucho la llegada. Aunque es autopista, hay que decir que es autopista del norte, con sus buenas curvas y paisajes más que excelentes. El último tramo asturiano antes de llegar a Ribadesella es fabuloso. El mar a la derecha y la montaña con sus brumas flanqueando la izquierda.
Ale. Llegada a Ribadesella, registro en el Hotel y Springer que anuncia que tiene la moto muerta. El cable del alternador suelto había hecho que rodara consumiendo toda la carga de la batería. Así que, numerito a la puerta del hotel empujando su másquediscreta burra. Comprobado que arrancaba al empujarla y que el problema venía del cable, sería por la mañana cuando tendríamos la tarea más complicada con la moto en frío.
Sidra, lacón, pulpo, pimientos de padrón, chipirones, zamburiñas, ... y gintonics, por su puesto.
Por la mañana, efectivamente, en frío se arranca peor. Y se suda más con las 3 intentonas.
Springer ya había informado que se desviaba dirección León y que hasta casi Gijón íbamos juntos, así que pusimos otra vez rumbo por la A8 para que no se le hiciera muy tarde, la climatología, pasado Picos de Europa, estaba horrorosa y le esperaba una vuelta a Valencia muy jodida. ¡Con casco abierto y sin ropa de agua!
Pues lo dicho. Hasta la autopista que va de Gijón a León todos juntos. Paradita a escasos kilómetros de Oviedo para despedirnos y desearle suerte con el regreso a Xpringer. El resto de la expedición, con algo menos de alegría, dirección Luarca, entrando y saliendo de la nacional y la A8 según nos antojaba. Teníamos que llegar a una hora prudente a Viveiro para poder descansar antes de Airbourne.
Ya por la tarde, habiendo aparcado bien las motos, con todo en las tiendas y con ganas de jarana, rumbo al Festival. El jueves fue, de lejos, el día que más disfrutamos los 4 escenarios. Airbourne, Anthrax, Stray Train, Eluveitie, Karma to Burn, Dropkick Murphys, ... Día bien aprovechado y agotador.
Mientras tanto, nuestro expedicionario solitario pasando las de Caín dirección Madrid. El cielo se le cayó encima y tuvo que hacer noche cerca de la capital. ¡Qué manera de llover por el centro!
A la mañana siguiente, viernes, relax. Podíamos haber investigado las bandas que no conocíamos, pero nos entregamos al disfrute turístico y culinario que ofrece Viveiro. ¡Un escándalo, oiga! Probamos diferentes bares y sus tapas, pero todos estaban en el camino de A Taciña, tasca que conocimos del año anterior.
Por la tarde, unos siesta, otros seguíamos, llegó una visita y seguimos liándola. ¡Qué bueno está el tostadillo! Me recuerda un poco al ron caramelo que tanto gusta por mi tierra.
Nos liamos cenando y casi corriendo al festival a ver Rammstein. Poco puedo decir. Con el organismo cargado de cerveza, ribeiro y tostadillo y el trance en el que me sumí la hora y media, sólo puedo decir que estaba fuera de mi. El concierto, que lo cuente alguno/a que se haya enterado...jajaja Yo estaba en un mundo interior a ritmo de guitarras y batería en llamas...
El sábado fue más relajado. Amaneció con niebla meona que todo lo moja, hasta la ropa pegada al doble techo de la tienda... Era el último día de Festival y había que disfrutar algo más de los escenarios y las bandas, así que, por la mañana, con calma. Desayuno, paseo y siesta para recuperar el cuerpo. Fuimos a comer dentro del recinto y a disfrutar de las bandas que ya tenían cita tan pronto. De algunas no llegamos ni a saber el nombre, pero vimos a Mastodon, Undeclinable Ambuscade, Orange Goblin, ... Y a descansar. Entre el viaje y los excesos estábamos para enmarcar...
El domingo ya amaneció mejor y parecía que la lluvia nos iba a perdonar...hasta subir por el Puerto de Pajares... :(
Ritmo mantenido y machacando kilómetros.
Obejtivo, llegar a hora prudente a León y recuperar cuerpos. De ahí nos veníamos Greene y Yo a Pamplona, y Bryner y Sara aún tenían 8 horitas hasta Valencia. Así que, turismo por nacionales, poco. Eso si, hueco para la gastronomía local siempre hay, y paramos en Lugones, a saborear los excelentes chipirones a la plancha, el lacón y los "cachopines" del Mesón Suiza por segundo año. Si hay un tercero, volverá a ser parada obligatoria.
Hay que decir que el día era frío. Gris y, pasado Mieres, con niebla meona preocupante. Parada en gasolinera, y truenos. Si, truenos, y no el ruido de caminones transitando por chapas metálicas de un supuesto puente, como uno que me sé yo nos quería hacer creer. Así que, tras un poco de duda, empezamos a ponernos toda la ropa de agua y empezó el festival. ¡Qué manera de llover y qué niebla tan cerrada! Contradictorio, pero no muy divertido para los que iban con casco abierto.
Rodamos lentos y paramos cada poco.
Pasamos el túnel y aquello mejoró. Subió la temperatura, dejó de llover, nos empezábamos a hacer en nuestro propio jugo, pero aún nos quedaba una tromba más que pasar. Después, coser y cantar hasta el pueblo de mis progenitores. Allí ya nos pusimos cómodos y retomamos el ritmo festivalero con el bebercio y comercio que nos tenían preparados. ¡Con lo rica que está el agua y la de días que hacía que no la bebíamos casi!
El lunes ya fue la etapa final. Nosotros a Pamplona y los otros a Valencia. Buena tirada les quedaba. Esta vez no fuimos juntos hasta Burgos, amenazaba agua por Teruel cuando tenían previsto pasar por ahí por la tarde, así que, diagonal por Valladolid, Cuéllar, Guadalajara y Cuenca, evitando Madrid y la previsión de lluvia. Final de viaje triturados pero muy contentos. A ver a quiénes traen el año que viene como para hacernos dudar si repetir o tirar a algún festival europeo.
Motos y Música. Sin duda repetiremos esta combinación. Viajaco con amigos sin dudarlo. :D
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Por segundo año nos hemos ido al Resurrection Festival de Viveiro, en Lugo.
El año pasado, siendo el primero, fue muy especial. Una liada de 4, en 4 motos. Este año prometía ser de 6, pero por diferentes motivos ha sido de 5 a ratos y 4 al final.
Bryner se vino con su burra nueva y su artillera más que dispuesta a darlo todo en su primer gran viaje y en su primer festival de buena música...jajaja
Springer, en su línea, habiendo caído de la convocatoria, como estaba de vacaciones se apuntó a acompañar a la pareja valenciana hasta Pamplona, con la idea de regresar a la mañana siguiente a Valencia. De vacaciones, por el placer de rodar con amigos y por el placer de hacer kilómetros. Pero como es un liante y se lía solo, se vino hasta el Norte con nosotros.
La llegada el martes fue calurosa. Menos mal que refrescamos a los recién llegados por dentro y por la noche se pudo dormir fresquitos.
La salida por la mañana, con el objetivo otra vez de dormir en Ribadesella o Lastres como mucho, fue algo tarde. Preparar 4 motos y dejar la casa medio apañada para el regreso casi 1 semana después lleva su tiempo.
Springer seguía diciendo que nos acompañaba un poco y después se volvía. Pero no había decidido hasta dónde. jajaja Así que, en su línea, él se dejaba llevar.
Fuimos del tirón hasta pasado Vitoria. Paradita para café y refrigerio y continuamos. Todos. Springer incluido, que aún no había decidido nada.
Pasamos Bilbao, mejor que el año anterior, sin rotondings ni paseos por Barakaldo. Cogimos A8 cuando dejó de ser de peaje y nos salimos justo entrados en Cantabria para comer en el mismo sitio del año pasado. Nuevamente, menú ligerito... ¡Hay que ver, no aprendemos!
Más autopista para poder salir en Torrelavega dirección Santillana del Mar. Ahí disfrutamos algo de carreteras con encanto.
Y paradita en Santillana del Mar, que ni es Santa, ni es llana, ni tiene mar. Paseíto por las calles empedradas y cervecita en la plaza. Algunos hasta compraron suvenires...
Tiramos hasta San Vicente de la Barquera, con tráfico lento por cierto, y ahí otra vez autopista. Se nos había hecho tarde y había que degustar la sidra asturiana... A esas alturas ya sabíamos que dormíamos en Ribadesella de nuevo y que Springer se venía con nosotros. ¡Qué tío!
El caso es que refrescaba y conducir con mitones por el norte, por muy duro que uno sea, no es lo más recomendable. Pero nuestro Springer está hecho de otra pasta, no llevaba ni equipaje...jajaja
Del tirón por la A8 de nuevo para no demorar mucho la llegada. Aunque es autopista, hay que decir que es autopista del norte, con sus buenas curvas y paisajes más que excelentes. El último tramo asturiano antes de llegar a Ribadesella es fabuloso. El mar a la derecha y la montaña con sus brumas flanqueando la izquierda.
Ale. Llegada a Ribadesella, registro en el Hotel y Springer que anuncia que tiene la moto muerta. El cable del alternador suelto había hecho que rodara consumiendo toda la carga de la batería. Así que, numerito a la puerta del hotel empujando su másquediscreta burra. Comprobado que arrancaba al empujarla y que el problema venía del cable, sería por la mañana cuando tendríamos la tarea más complicada con la moto en frío.
Sidra, lacón, pulpo, pimientos de padrón, chipirones, zamburiñas, ... y gintonics, por su puesto.
Por la mañana, efectivamente, en frío se arranca peor. Y se suda más con las 3 intentonas.
Springer ya había informado que se desviaba dirección León y que hasta casi Gijón íbamos juntos, así que pusimos otra vez rumbo por la A8 para que no se le hiciera muy tarde, la climatología, pasado Picos de Europa, estaba horrorosa y le esperaba una vuelta a Valencia muy jodida. ¡Con casco abierto y sin ropa de agua!
Pues lo dicho. Hasta la autopista que va de Gijón a León todos juntos. Paradita a escasos kilómetros de Oviedo para despedirnos y desearle suerte con el regreso a Xpringer. El resto de la expedición, con algo menos de alegría, dirección Luarca, entrando y saliendo de la nacional y la A8 según nos antojaba. Teníamos que llegar a una hora prudente a Viveiro para poder descansar antes de Airbourne.
Ya por la tarde, habiendo aparcado bien las motos, con todo en las tiendas y con ganas de jarana, rumbo al Festival. El jueves fue, de lejos, el día que más disfrutamos los 4 escenarios. Airbourne, Anthrax, Stray Train, Eluveitie, Karma to Burn, Dropkick Murphys, ... Día bien aprovechado y agotador.
Mientras tanto, nuestro expedicionario solitario pasando las de Caín dirección Madrid. El cielo se le cayó encima y tuvo que hacer noche cerca de la capital. ¡Qué manera de llover por el centro!
A la mañana siguiente, viernes, relax. Podíamos haber investigado las bandas que no conocíamos, pero nos entregamos al disfrute turístico y culinario que ofrece Viveiro. ¡Un escándalo, oiga! Probamos diferentes bares y sus tapas, pero todos estaban en el camino de A Taciña, tasca que conocimos del año anterior.
Por la tarde, unos siesta, otros seguíamos, llegó una visita y seguimos liándola. ¡Qué bueno está el tostadillo! Me recuerda un poco al ron caramelo que tanto gusta por mi tierra.
Nos liamos cenando y casi corriendo al festival a ver Rammstein. Poco puedo decir. Con el organismo cargado de cerveza, ribeiro y tostadillo y el trance en el que me sumí la hora y media, sólo puedo decir que estaba fuera de mi. El concierto, que lo cuente alguno/a que se haya enterado...jajaja Yo estaba en un mundo interior a ritmo de guitarras y batería en llamas...
El sábado fue más relajado. Amaneció con niebla meona que todo lo moja, hasta la ropa pegada al doble techo de la tienda... Era el último día de Festival y había que disfrutar algo más de los escenarios y las bandas, así que, por la mañana, con calma. Desayuno, paseo y siesta para recuperar el cuerpo. Fuimos a comer dentro del recinto y a disfrutar de las bandas que ya tenían cita tan pronto. De algunas no llegamos ni a saber el nombre, pero vimos a Mastodon, Undeclinable Ambuscade, Orange Goblin, ... Y a descansar. Entre el viaje y los excesos estábamos para enmarcar...
El domingo ya amaneció mejor y parecía que la lluvia nos iba a perdonar...hasta subir por el Puerto de Pajares... :(
Ritmo mantenido y machacando kilómetros.
Obejtivo, llegar a hora prudente a León y recuperar cuerpos. De ahí nos veníamos Greene y Yo a Pamplona, y Bryner y Sara aún tenían 8 horitas hasta Valencia. Así que, turismo por nacionales, poco. Eso si, hueco para la gastronomía local siempre hay, y paramos en Lugones, a saborear los excelentes chipirones a la plancha, el lacón y los "cachopines" del Mesón Suiza por segundo año. Si hay un tercero, volverá a ser parada obligatoria.
Hay que decir que el día era frío. Gris y, pasado Mieres, con niebla meona preocupante. Parada en gasolinera, y truenos. Si, truenos, y no el ruido de caminones transitando por chapas metálicas de un supuesto puente, como uno que me sé yo nos quería hacer creer. Así que, tras un poco de duda, empezamos a ponernos toda la ropa de agua y empezó el festival. ¡Qué manera de llover y qué niebla tan cerrada! Contradictorio, pero no muy divertido para los que iban con casco abierto.
Rodamos lentos y paramos cada poco.
Pasamos el túnel y aquello mejoró. Subió la temperatura, dejó de llover, nos empezábamos a hacer en nuestro propio jugo, pero aún nos quedaba una tromba más que pasar. Después, coser y cantar hasta el pueblo de mis progenitores. Allí ya nos pusimos cómodos y retomamos el ritmo festivalero con el bebercio y comercio que nos tenían preparados. ¡Con lo rica que está el agua y la de días que hacía que no la bebíamos casi!
El lunes ya fue la etapa final. Nosotros a Pamplona y los otros a Valencia. Buena tirada les quedaba. Esta vez no fuimos juntos hasta Burgos, amenazaba agua por Teruel cuando tenían previsto pasar por ahí por la tarde, así que, diagonal por Valladolid, Cuéllar, Guadalajara y Cuenca, evitando Madrid y la previsión de lluvia. Final de viaje triturados pero muy contentos. A ver a quiénes traen el año que viene como para hacernos dudar si repetir o tirar a algún festival europeo.
Motos y Música. Sin duda repetiremos esta combinación. Viajaco con amigos sin dudarlo. :D
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