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Toda la polémica parte de una directiva europea de 2001, que aún no había sido traspuesta a España. Esta norma determina que los preparados homeopáticos deben denominarse medicamentos aunque no incluyan indicaciones terapéuticas. Entre tanto, las consejerías de Sanidad de varias comunidades autónomas -País Vasco, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, Baleares, Andalucía, Comunidad Valenciana, Asturias y Cantabria- apostaron en la reunión del Consejo Interterritorial de Sanidad del pasado martes por ir más lejos: por no llamarlos medicamentos. "Esa denominación es inaceptable, porque no han probado su eficacia contra ninguna enfermedad", argumentaron.

El Ministerio de Sanidad dictará una orden ministerial en la que dará un plazo de tres meses a los productos homeopáticos para que pasen un control de calidad y seguridad. De no superarlo, no podrán ser vendidos en el mercado nacional. Los que sí superen este control de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps) podrán ser vendidos, pero en su etiqueta tendrán que especificar: "Medicamento homeopático sin indicaciones terapéuticas aprobadas". Los detractores de la homeopatía consideran inaceptable tanto la inclusión de los productos homeopáticos en el elenco de medicamentos como su venta en farmacias.

En Asturias ejercen entre 25 y 30 médicos homeópatas, explica Inmaculada González-Carbajal, presidenta de la Academia de Homeopatía de Asturias y vocal de Homeopatía en el Colegio de Médicos de Asturias. También hay en el Principado algunos veterinarios homeópatas. Según la doctora González-Carbajal, en el proceso que se ha abierto ahora "tiene que haber una serie de negociaciones". "Los controles son bienvenidos", indica. Sin embargo, "no se le puede exigir lo mismo a un medicamento homeopático que a uno alopático. No son equiparables. Por supuesto, a ambos hay exigirles que curen, pero el medicamento homeopático tiene unas peculiaridades que deben respetarse".

Inmaculada González-Carbajal tiene confianza en que la legislación europea sea la que marque "las líneas de este proceso". "Supongo que habrá restricciones para algunos productos homeopáticos, pero quiero pensar que la cosas van a hacerse bien y confío en la honradez de todos los intervinientes", apostilla.

Elena Campos Sánchez, presidenta de Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), es de las que piensa que las limitaciones anunciadas por el Ministerio de Sanidad se quedan cortas. "Es indignante que desoyendo a varias comunidades autónomas, a sociedades científicas e incluso a la Organización Médica Colegial, pretendan además engañar a los usuarios manteniendo en el mercado productos de ineficacia demostrada como si fueran medicamentos al uso", señala. Y "más bochornoso aún" le parece que a los productos homeopáticos "se les condonen las deudas habidas y que nadie desde el Gobierno ni desde la Agencia Española del Medicamento pida disculpas por todos estos años de comercio irregular de los mismos, amparados en una hipotética transitoriedad legal caducada hace años".

Alejandro Braña ve con buenos ojos las medidas del Ministerio. "Si los productos homeopáticos no pasan los controles de las agencias y de los organismos correspondientes, es obligado que la etiqueta indique que no hay ninguna indicación terapéutica para su uso", asevera. "Nuestra obligación como Colegio -prosigue- es defender al consumidor, a la sociedad, y eso implica no llamar medicamentos a sustancias que no tengan una indicación aprobada".

El presidente del Colegio de Médicos de Asturias reconoce que "hay especialidades médicas por vía MIR que recomiendan medicaciones cuya utilidad es también muy dudosa". Sucede, por ejemplo, "con algunos fármacos para la artrosis, y con otros". Sin embargo, matiza como elemento diferencial, "son medicamentos que han pasado todos los controles legales exigidos".

En ocasiones, la corporación médica asturiana ha sido criticada por dar cobijo en su estructura a los médicos homeópatas. Ayer, el doctor Braña quiso dejar claro que lo que hace la institución es "amparar toda actividad médica autorizada por la ley, hasta que deje de estarlo". "El Colegio defiende que no puede excluirse una práctica médica que sea legal. Pero si una práctica médica es declarada ilegal porque no acredite su validez o por las razones que fueren, seríamos los primeros en rechazar y recusar este tipo de actividad", aseveró.