LOBO

A principios de los 90, en un momento en que las motocicletas custom japonesas empezaban a apretar en un mercado que hasta ese momento había sido explotado exclusivamente y con éxito por Harley, los americanos diseñaron uno de sus modelos de “golpe de efecto” que suelen sacar cada cierto tiempo. Así crearon una versión musculosa y bonita como pocas en la historia y cuyo nombre surgió de combinar los de las bombas atómicas que fueron lanzadas en el bombardeo del Enola Gay sobre Hiroshima y Nagasaki, "Fat Man" y "Little Boy". Desde luego se puede considerar como políticamente incorrecto, muy incorrecto, pero nadie puede negar que fue todo un éxito y marcó un antes y un después la historia de Harley.

Como detalle ciertamente siniestro, el nombre de Fat Boy ( Niño Gordo) no solamente se le puso porque la idea es que cayera como una bomba sobre la industria japonesa que en ese momento intentaba conquistar un mercado tan puramente americano, sino que además el color de la primera serie era exactamente el mismo con el que se pintaron aquellas bombas: un gris metal con detalles en amarillo (unidades que son consideradas actualmente modelos de coleccionista).

La primera edición de esta mítica FLSTF produjo 4440 unidades, con su motor Evo 1338 cc alcanzaba ya entonces los 183 km/h y salió al mercado estadounidense a un precio de u$s 10,995.