Con cara de tímido, siempre esperando el autobús del colegio con su madre al lado. Cuatro o cinco añitos, ojos vivarachos. En época escolar siempre me lo encontraba esperando junto a su madre al lado de la puerta del garaje donde tengo la moto. Todos los días se queda mirándola, sin quitarle la vista de encima, con mucha curiosidad. Hoy ha sido distinto. Ha sido a la vuelta del trabajo, mientras desmontaba y me quitaba los guantes para coger la llave de plástico del garaje, se ha acercado. A medida que se iba acercando su cara de asombro iba en aumento. Su mirada siempre fija en el corazón de la moto, en sus cilindros latiendo. Monto de nuevo, enderezo la moto y abro gas dos o tres veces sin meter marcha. El niño, lejos de asustarse, abre los ojos y la boca cada vez mas, meto primera (clonck) y le dedico un saludo, acto seguido bajo por la rampa... No dejó de mirar la moto.