Ya estamos en el recinto dedicado a la feria del Wheels & Waves, ya habéis leído a Maltese la continuación de la crónica, la magia de la ruta, la explosión de creatividad y calidad de los hierros que había en el evento … y la frase “¡Joder! ¡Joder! ¡Puta madre! ¡No puedo mirar! ¡No puedo mirar! – Pues bien, esta es la explicación:
Llegamos a Sarriguren, un sito tranquilo, eficaz y moderno.
Entramos en el lugar con Sofía y Nieves, a nuestras motos siempre le ponemos nombres y siempre los de nuestras abuelas. No hacen ruido, emiten sonido… atronador, hermoso… pero atronador. Cruzamos Sarriguren y atronamos sus rotondas, sus grandes avenidas, sus calles… Y cuando empezamos a atronarnos el uno al otro con los reproches y la discusión sobre quién era esta vez el gilipollas responsable de habernos perdido apareció Howard, con su imagen de personaje de Blade y su forma de ser exquisita, templada y equilibrada, con ese buen rollo que los canarios transmiten. Resulta que, como en el caso de la salida a Sarriguren, habíamos parado casi al lado de su casa. Llegamos al hogar que junto con Greene nos ofrecieron con hospitalidad Tuareg, qué puedo decir de Greene, no tengo palabras pero básicamente que Greene y Howard se merecen el uno al otro. Por cierto, os invito a conocer la obra artística de Greene, son una verdadera maravilla los cuadros que hace con técnicas que no tengo ni puñetera idea de cómo se llaman, pero con las que ella consigue unos resultados fenomenales.
Entre la terraza y la cocina estaba Maltese, a su alrededor, como si fuera la niña del Exorcista haciendo levitar objetos, colgaban sus pertenencias para que se secasen, nos fundimos en un abrazo porque hace un huevo de meses que no veía a este tío y me cae muy bien… qué coño, se hace querer. Bueno, una vez instalados os podéis imaginar lo que vino a continuación, fuimos a buscar unas cervezas y unas viandas con las que calmar la sed y el hambre del camino. En un establecimiento cercano cenamos y bebimos, volvimos a cenar y volvimos a beber, dejamos de cenar y seguimos bebiendo y cuando parecía que nos hartábamos de beber buscamos otro establecimiento para seguir bebiendo… y cuando nos echaron de ese lugar nos fuimos a casa a beber. Fue entonces cuando Howard nos dijo una de esas frases más peligrosas que Lady Gaga en un chino:
- Ustedes tienen que probar un pacharán que hago yo...
A mí se me pasó por la cabeza que estábamos ante la típica situación del aficionadillo de turno que hace un mejunje de alta graduación, que pruebas por compromiso y te preguntas porqué no te habrás negado mientras abrasa tu garganta y quema tus pupilas gustativas cuyo último sabor, antes de perderlas, es el de un líquido de frenos filtrado con un calcetín sudao.
Pero no amigos. Este canario tiene una mano cojonuda para el puto pacharán, pura ambrosía, fina y deliciosa.
Y esa fue la perdición.
Lo último que recuerdo fue a Jestako contando el asunto del hijo de nuestro amigo el Pla. El chaval tiene 4 años y tuvo la mala suerte de levantarse un día con un cuadro de conjuntivitis, la reacción del pobre niño fue la de ponerse a gritar para pasmo y risas contenidas de sus padres:
- ¡Joder! ¡Joder! ¡Puta madre! ¡No puedo mirar! ¡No puedo mirar!
Pues ale, ya teníamos la segunda frase que usábamos machaconamente todo el Wheels & Waves y por la que los franceses nos miraban así como raro. De momento nosotros nos dedicábamos a decirla en la cocina de casa, tajados y sin ningún sentido del ridículo, que lástima.
Al día siguiente… despertar y poner en funcionamiento mi cerebro, es como intentar reflotar en Titanic, hacerle un apaño y ponerle una pegatina de Halcón Viajes, puf…
Me pareció que Jestako estaba ya entre nosotros así que dije:
- Buenos días
- Déjame en paz – Se me había olvidado que sus primeras dos horas son las de un mono cabreao.
Mi estómago destrozado, mi cartera vacía y mi dolor de cabeza me hicieron buscar un cajero y una farmacia. Vaya carita me ponía el farmacéutico. La verdad es que en estos casos Jestako y yo somos la imagen de Leónidas el de 300 y Terminator, pero después de haberse hecho yonkis y saliendo en un programa de Callejeros.
En el siguiente capítulo de la crónica “LA FERIA DEL WHEELS & WAVES Y CÓMO ES POSIBLE QUE NO NOS ECHARAN”