Es cierto que con las estriberas hay que tener cuidado.

Hace pocos días yendo a Torrejón de Ardoz, con el tráfico mañanero que hay hacia las siete de la mañana en la A2; me encontré todos los coches parados en el carril de deceleración. Aunque lo había tomando con tiempo y no iba rápido pero sí llevaba los pies en las estriberas. No fui capaz de reaccionar a tiempo frenando, retirando los pies o haciendo cualquier otra cosa...
¿Qué hice? Afortunadamente siempre conduzco con una «vía de escape» y salí otra vez a la carretera al primer carril que no venía ningún coche en ese momento. Retiré los pies, frené y tragué saliva. ¡Uf, qué cerca estuvo!

Moraleja: como ya habéis dicho, las estriberas en carreteras rectas, autopistas y con sol y moscas