Día 5 de Agosto. Italia-Suiza-Italia
Madrugamos! Hoy es un día importante! Según vamos subiendo al Stelvio vemos con las nubes suben con nosotros.

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Pero podemos hacerlo bastante bien, al final por una pequeña circunstancia con la cadena de la moto subimos más tarde de lo que hubiéramos querido y pillamos bastante tráfico, algunas motos son bastante suicidas.

lo que cambia con un poco de luz!


Y ya que hemos llegado hasta aquí con una moto como está.. como no hacer un poquito de pista!
Elegimos bajar por la vertiente suiza hacia el Umbrail Pass, se nota el cambio en el paisaje, en el trazado y en el asfalto. Y luego el Offenpass, muy divertido, revirado pero con el asfalto impecable y poco tráfico.

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Para volver a Italia sin rehacer los puertos tiramos por un tunel con peaje (12€) que te lleva directo a Livigno, paraiso fiscal, creo que por la satisfacción de llenar 14 litros de gasolina por 14 € compensa! Además el pueblo es bonito y muy preparado para el turismo. De camino a Bormio se atraviesan dos pasos pequeñitos.

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Y llegamos a otro de los platos fuertes del día, el Gavia. Nico ya estaba previamente enamorado de este puerto y yo soy bastante fácil. Aunque la carretera es un poco demasiado estrecha y en algunas partes da yuyu.


Paramos a comer en un refugio en la subida al puerto, ¡qué tienen estos sitio que tal cual entras sabes que todo estará delicioso! Tomamos polenta con salchichas, queso y un guiso de carne de cerdo espectacular!
Lo siguiente era el paso Mortirollo, eterno, la subida bien pero la bajada se nos hizo larga como un día sin pan, además hacía bastante calor. Así que decidimos buscar un hotel con piscina y renunciar a la visita a Saint Moritz. La carretera que nos llevaba a la piscina SS38 “dello Stelvio” no merece ese nombre, era una recta plagada de pueblos sin encanto y encima a 37ºC….. ante el sopor siempre estarán los grandes clásicos de feria, “puede ser mi gran noche, sobreviviréeeee, quien me va a curar el corazón partío, despacitooooooo”, en fin!