Habiendo ido a las tres , durante años, para mi ya sólo merece la pena la leyenda continúa en cantalejo, son los únicos que han sabido mantener la tradición de lo q es una invernal motera. Tanto Pingüinos como Motauros han caído en la tentación del vil metal del dinero y sólo les preocupa recaudar dinero como sea, les importa tres cojones que las carpas estén colapsadas durante los conciertos, revendiendo entradas a la gente del pueblo y que por la noche haya cortes de encendido de madrugada en la zona de acampada y las motos de campo y los kuads rueden a sus anchas, a pesar de que en las normas que ellos mismo redactan indiquen su prohibición

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