El parabrisas del automóvil, distorsiona la realidad de nuestra mente. El silencio, nubla las ideas y sufrimos un vértigo más allá de lo admisible. El delirio es tan grande, que somos capaces de vernos mal a nosotros mismos y criticar nuestra propia vida.
Abrazos, desde lo más profundo del Bosque junto al Pelotón Suicida.