Pues este domingo pasado, aprovechando que daban unas condiciones meteorológicas óptimas, nos animamos a hacer una ruta durante todo el día. A buen ritmo, por todas las curvas de la zona y con paraditas para disfrutar del paisaje.

Aunque daban veintipico grados de máxima, la mínima la cifraban en 8 graditos, por lo que por la mañanita, recién levantados, pensamos que era mejor llevar los pantalones de cuero y algo debajo para no pecar de imprudentes...

Joer. Que caló. A las 10 de la mañana la temperatura ya era de unos 16º. Y de ahí, para arriba según avanzaba el día. Ni siquiera nuestro paso por los húmedos y frondosos valles en pre-Pirineos rebajó algo el sofoco.
En la primera paradita técnica de repostaje gastronómico, a quitarse ropa...

Desde Pamplona subimos sin parar hasta el mirador camino de Irurita, pasando por Zubiri y Eugi. El ritmo pausado nos permitió disfrutar del paisaje todo el rato. Esta carretera sigue siendo mi favorita.
Aunque ya estamos en primavera, y se nota por fin, los brotes verdes de los árboles aún asoman tímidamente y el paisaje sigue siendo típico de invierno, con los árboles pelados dejando ver entre
sus ramas los perfiles de las montañas entre las que rodamos.

Al llegar a Irurita, después de parar, tomamos hacia Oronoz-Mugaire con la intención de adentrarnos por la tortuosa carretera que nos llevaría hasta la misma nacional, cerca de Urdax, camino de Dantxarinea.
Pero como no hay ruta que se precie sin un buen "rotonding" o sin equivocar algún cruce, eso fue lo que hicimos.
Como la ruta la había organizado yo, yo guiaba. Y me pasé el cruce que quería haber cogido hacia la NA-4453. La verdad es que tiene que estar muy mal indicado, porque ninguno lo vimos.
Menos mal que rápidamente me dijeron, tira para adelante, ya veremos por dónde vamos.

Lo que no sabían era que tenía otra alternativa para ir a Sare, por Etxalar. Ruta algo más corta y con más nacional.
Así que, continuamos para buscar el cruce con Etxalar.


Maldita sea mi suerte...jajaja
Como ya me había bloqueado con el cruce en Oronoz, iba dándole vueltas a que tenía que ser donde había parado y no nos metimos, así que, nueva equivocación.
Cuando nos metimos por un túnel dirección Pamplona, de las 7 motos que íbamos, seguro que 6 pensaban que les estaba vacilando... Pero bueno. Nos echamos unas risas.

Una vez recuperada la concentración, dimos con el cruce de Etxalar y allá que fuimos. Carretera hiper tortuosa. Preciosa, pero con más 180º y estrecha de lo que a algunos hubiera elegido.
Al llegar al puerto, paradita para una cañita y disfrutar de las vistas. Estábamos justo en la frontera con Francia.
Vaya si se notó. Cómo cambió el asfalto en el lado francés. Si ya en el español no era ninguna maravilla, en el francés estaba en un estado lamentable y con mucha grava suelta. Sólo cuando descendimos lo suficiente y entramos en zona de caseríos, mejoró algo y la calzada se ensanchó.
Menos mal que el paisaje compensaba el mal asfalto.

Una vez llegados a este punto, dirección Sare por carreteras sinuosas jalonadas de verdes praderas con ovejas lanudas que piden a gritos que las trasquilen, y tranquilidad, mucha tranquilidad.
Al pasar Sare, ya camino de Ascain y San Juan de Luz, notamos algo más de tráfico. Y es que, con el día que hacía, ¿quién iba a quedarse en casa?
Todos los moteros estábamos por ahí rodando, pero había de todo. Excursionistas, familias enteras de campo, ciclistas, ...

Ya en la playa el ajetreo era notable y la carretera de San Juan de Luz a Hendaya, con tráfico lento. Pero es que la Route de la Corniche bien vale la pena. ¡Qué vistas tan chulas del Golfo de Bizcaya!
Aunque habíamos picado algo en Irurita, el hambre ya apretaba y teníamos ganas de llegar a Hondarribia. Así que no hubieron paradas.

Después de un rato por carreteras francesas camino de Hendaya, se puso delante Javi, que conoce mejor la zona y nos llevó del tirón a Hondarribia sin ningún rotonding extra. Y vaya si fue del tirón,
nos metió en una plaza a la que llegamos sorteando unas cuantas terrazas de bares con muchos curiosos mirando.
En lugar de dar la vuelta para encontrar un sitio "legal" donde aparcar (esa parecía toda peatonal) y volver a atronar a los comensales espectantes, decidimos embellecer la plaza y aparcamos elegantemente en un ladito.

Ale. Ya tenían fotos de postal todos los que pasaran por ahí.

Así, repusimos energías y descansamos un buen rato. Una temperatura inmejorable invitaba a estar en las terrazas disfrutando del solete.

Una vez satisfechos, rumbo a Iruña para llegar sobre las 18h.
Un buen día de moto con muy buena compañía. Un buen grupete el que estamos rodando juntos últimamente.

Un abrazo amigos.